la unidad de lo diverso, el doble, el contraste, la pareja, o como más les guste, a mí me gusta: "enlazados"

El hombre y la mujer, la tierra y el cielo, lo sagrado y lo profano, lo que son las cosas y lo que vemos de ellas. Lo que somos y

cómo nos ven, lo que queremos ser y lo que podemos ser. Lo claro y lo oscuro, el calor y el frío, la intensidad y la opacidad apacible. Contrastes, el doble, lo diverso. Todo viene de a pares en el mundo. Así los colores eligen estar del lado de la luz o de la oscuridad y las personas elegimos vivir sin ver o despertar en el mundo de lo que nunca creímos posible.

Ciegos, ¿cuánto tiempo seguiremos ciegos y sordos al misterio que nos llama detrás de las cosas? Vemos el mundo porque las cosas se diferencian entre sí, y es allí, en la unidad de lo diverso, donde aparece la armonía y la identidad, la respuesta ancestral de las preguntas que no nos hacemos.

Estamos enlazados en el constraste. Vamos reinterpretando lo que vemos con lo que somos. Podemos ser uno en el constraste. Podemos ser lo más dulce entre la oscuridad más negra y la luz más diáfana. Somos el centro y los límites feroces de los colores que se aniquilan para ser otro color, único y verdadero. Los dibujos que aquí se muestran de Mariana, cuya prístine mirada desarma y arma la vida, dicen a gritos que hay otro lado de las cosas, otro tono del color que creemos conocer, otra mirada de las personas que amamos. Y eso surge en el contraste, en la lucha de los brillos opuestos. ¡Cuánto tiempo más seguiremos sordos y ciegos!

Sembrar creaciones es como una caleidoscopio... Mirá a través de las personas que allí respiran y vas a ver que todo, todo, se desarma y se arma.